Al parecer el mayor problema
de nuestra alimentación en invierno es que comemos de más y
sustituimos ciertos alimentos especialmente calóricos en nuestra
dieta (supuestamente por el frío) que hacen que subamos de peso. Y
si a ello sumamos las posadas, la cena navideña, la cena de año
nuevo, la rosca de reyes, etc., seguramente terminaremos el invierno
con varios kilos de más.
Una alimentación
equilibrada es la mejor estrategia para enfrentar el invierno
y las
enfermedades que lo acompañan. Y comer los alimentos propios de cada
estación, es la mejor forma de estar en armonía con la naturaleza.
Te compartimos algunos de los consejos más comúnes de los
Nutriólogos:
- Las comidas calientes son esenciales, como un té o una infusión de hierbas. Toma una sopa natural como entrada de la comida, de preferencia una crema de verduras o legumbres secas (no sopas de sobre).
- En lugar de comer las ensaladas como entradas, es preferible partir con un consomé; o en lugar de acompañar la carne con lechuga, la puedes acompañar con un guiso de vegetales.
- Para prevenir los ataques de ansiedad tan característicos del invierno, consume: yogur con frutas; ensaladas de zanahoria, apio y/o palmitos; gelatina; licuados de frutas; semillas de linaza, sésamo y girasol. El secreto de estos alimentos es que dan mayor sensación de saciedad.
- Consume frutas y verduras de temporada: zanahoria, nabo, papa, remolacha, ajo, puerro, rabanitos.
- Frutas cítricas: Las naranjas y mandarinas son las fuentes más populares de vitamina C en esta época del año.
- Frutos secos (nueces, almendras, avellanas) en pequeñas cantidades para obtener grasas de excelente calidad, proteínas, minerales y antioxidantes (principalmente vitamina E).
Fuente: http://www.dietas.com/
www.buenasalud.net
Texto publicado en la revista Cableguía, Año 7 No. 84, diciembre 2012.
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