22.3.12

PATRIMONIO INMATERIAL Y CULTURAL DE LA HUMANIDAD: MÉXICO



Existen experiencias culturales con las que vivimos hoy en día y que vienen de nuestros antepasados, es nuestro deber transmitirlas a futuras generaciones para que puedan disfrutar como nosotros del legados del pasado.

Algunas de las manifestaciones de innumerables grupos y comunidades de todo el mundo, que han recibido de sus antepasados y que transmiten a sus descendientes, son reconocidas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

La comprensión de dicho patrimonio contribuye al diálogo entre culturas y promueve el respeto hacia otros modos de vida. México ha sido reconocido con 7 diferentes expresiones, lo cual es motivo de orgullo para los mexicanos y testimonio de la gran diversidad cultural del país. Al mismo tiempo, el reconocimiento conlleva responsabilidades en cuanto a la generación de conciencia sobre la importancia del patrimonio cultural inmaterial y en cuanto a la implementación de medidas de salvaguardia para su protección.

La Lista Representativa, es establecida por la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, tratado vigente desde 2006 y del que México es parte. Como su nombre lo indica, el objetivo principal de dicha Convención es preservar el patrimonio cultural inmaterial, promoviendo su respeto, sensibilización hacia el tema y el reconocimiento recíproco, así como la cooperación y asistencia internacionales para tal fin. 


LISTA REPRESENTATIVA DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA HUMANIDAD 


EL MARIACHI, MÚSICA DE CUERDAS, CANTO Y TROMPETA 

El mariachi es una música tradicional y un elemento fundamental de la cultura del pueblo mexicano. Las letras de las canciones de los mariachis hablan del amor a la tierra, la ciudad donde se vive, el país natal, la religión, la naturaleza, las mujeres mexicanas y la pujanza del país. El aprendizaje de oído es el principal medio de transmisión de la música mariachi tradicional y las competencias técnicas se transmiten de padres a hijos, y también por intermedio de los espectáculos organizados con motivo de festividades, ya sean religiosas o civiles. La música mariachi transmite valores que fomentan el respeto del patrimonio natural de las regiones mexicanas y de la historia local, tanto en español como en las diversas lenguas indígenas del oeste del país. 


LA COCINA TRADICIONAL MEXICANA, CULTURA COMUNITARIA, ANCESTRAL Y VIVA - EL PARADIGMA DE MICHOACÁN   

La cocina tradicional mexicana es un modelo cultural completo que comprende actividades agrarias, prácticas rituales, conocimientos prácticos antiguos, técnicas culinarias y costumbres y modos de comportamiento comunitarios ancestrales. El arte culinario mexicano es muy elaborado y está cargado de símbolos: las tortillas y los tamales consumidos diariamente forman también parte de las ofrendas realizadas el Día de Muertos. En el Estado de Michoacán y en todo México se pueden encontrar agrupaciones de cocineras y de otras personas practicantes de las tradiciones culinarias que se dedican a la mejora de los cultivos y de la cocina tradicional. Sus conocimientos y técnicas son una expresión de la identidad comunitaria y permiten fortalecer los vínculos sociales y consolidar el sentimiento de identidad a nivel nacional, regional y local.


LOS PARACHICOS EN LA FIESTA TRADICIONAL DE ENERO DE CHIAPA DE CORZO

La tradicional Fiesta Grande de Chiapa de Corzo tiene lugar del 4 al 23 de enero de cada año en esta localidad mexicana. La música, la danza, la artesanía, la gastronomía, las ceremonias religiosas y las diversiones forman parte de esta festividad en honor de Nuestro Señor de Esquipulas y de dos santos del catolicismo, San Antonio Abad y San Sebastián, siendo especialmente honrado este último. Las danzas de los parachicos se consideran una ofrenda colectiva a los santos venerados. La danza se transmite y se aprende al mismo tiempo que se ejecuta: los niños que participan en ella imitan los movimientos de los adultos. La técnica de fabricación de las máscaras se transmite de generación en generación, desde la tala y el secado de la madera para fabricarlas hasta la ornamentación final, pasando por el aprendizaje del modo de esculpirlas. Durante la Fiesta Grande, la danza de los parachicos invade todos los ámbitos de la vida local, propiciando el respeto mutuo entre las comunidades, los grupos y las personas.


LA PIREKUA, CANTO TRADICIONAL DE LOS P’URHÉPECHAS

La pirekua es un canto tradicional de las comunidades indígenas p’urhépechas del Estado de Michoacán, interpretado por hombres y mujeres. La diversidad de sus estilos resulta de la mezcla de influencias africanas, europeas y amerindias, y se han observado variaciones regionales en 30 de las 165 comunidades p’urhépechas existentes. La letra de las canciones, en la que se recurre con mucha frecuencia al uso de símbolos, abarca una amplia gama de temas: desde los acontecimientos históricos hasta la religión, pasando por las ideas sociales y políticas, el amor y los noviazgos. La pirekua es un instrumento efectivo de diálogo entre las familias y las comunidades p’urhépechas que la practican, y contribuye al establecimiento y estrechamiento de vínculos entre ellas. La pirekua se ha venido transmitiendo tradicionalmente por vía oral, de generación en generación, y no sólo es una expresión cultural que se mantiene viva actualmente, sino que también constituye un signo distintivo de identidad y un medio de comunicación para más cien mil p’urhépechas.


LA CEREMONIA RITUAL DE LOS VOLADORES

La ceremonia ritual de los voladores es una danza asociada a la fertilidad que ejecutan diversos grupos étnicos de México y Centroamérica, en particular los totonacos del Estado de Veracruz, situado al este de México. Su objeto es expresar el respeto profesado hacia la naturaleza y el universo espiritual, así como la armonía con ambos. Cada variante de la danza ritual de los voladores representa un medio de hacer revivir el mito del universo, de modo que esta ceremonia expresa la visión del mundo y los valores de la comunidad, propicia la comunicación con los dioses e impetra la prosperidad. Para los ejecutantes de esta danza y todas las personas que comulgan con la espiritualidad del rito en calidad de espectadores, la ceremonia de los voladores constituye un motivo para enorgullecerse de su patrimonio y de su identidad culturales, al mismo tiempo que suscita un sentimiento de respeto por ambos.


LUGARES DE MEMORIA Y TRADICIONES VIVAS DE LOS OTOMÍ-CHICHIMECAS DE TOLIMÁN: LA PEÑA DE BERNAL, GUARDIANA DE UN TERRITORIO SAGRADO

El pueblo otomí-chichimeca, asentado en la zona semidesértica del Estado de Querétaro, en el centro de México, ha conservado un conjunto de tradiciones que son testimonio de su relación excepcional con la topografía y el medio ambiente circundantes. Su entorno cultural está presidido por el triángulo simbólico que forman la Peña de Bernal y los cerros del Zamorano y el Frontón. Todos los años, los otomí-chichimecas se congregan para ir en peregrinación a estas elevaciones sagradas llevando cruces milagrosas, a fin de impetrar la lluvia y la protección divina, venerar a sus antepasados y exaltar la identidad y continuidad de su comunidad. El vínculo entre la cultura espiritual y el espacio físico ejerce una influencia en el arte de la región –en particular en las imágenes religiosas, las pinturas murales, las danzas y la música– y las costumbres que encarnan ese vínculo son componentes esenciales de la identidad cultural de la comunidad.


LAS FIESTAS INDÍGENAS DEDICADAS A LOS MUERTOS

Con la fiesta del Día de los Muertos, tal como la practican las comunidades indígenas, se celebra el retorno transitorio a la tierra de los familiares y seres queridos fallecidos. Esas fiestas tienen lugar cada año a finales de octubre y principios de noviembre. Este periodo marca el final del ciclo anual del maíz, que es el cultivo predominante en el país.
Este encuentro anual entre los pueblos indígenas y sus ancestros cumple una función social considerable al afirmar el papel del individuo dentro de la sociedad. También contribuye a reforzar el estatuto político y social de las comunidades indígenas de México.
Las fiestas indígenas dedicadas a los muertos están profundamente arraigadas en la vida cultural de los pueblos indígenas de México. Esta fusión entre ritos religiosos prehispánicos y fiestas católicas permite el acercamiento de dos universos, el de las creencias indígenas y el de una visión del mundo introducida por los europeos en el siglo XVI.


Fuentes: www.unesco.org     www.jornada.unam.mx   www.inah.gob.mx

Parte de este texto fue publicado en la revista Cableguía, Año 7 No. 74, Febrero 2012. 
 

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