Cada vez es mayor el número de personas y
asociaciones que se preocupan por proteger y cuidar el crecimiento natural de las
especies animales, ya que éstos tienen derecho a no ser torturados, a
vivir en libertad, a que su hábitat sea preservado y la satisfacción
de sus necesidades básicas.
Son muchas las maneras en que los animales son
maltratados y muchas las formas en que nuestras acciones pueden ayudarlos.
Modificar nuestros hábitos alimenticios, no asistir a espectáculos que los
involucren, no adquirir productos probados en animales, el vegetarianismo, la esterilización
de las mascotas, no vestir pieles animales, etc., son acciones
clave para salvar sus vidas.
Para conocer qué sucede realmente con los
animales es necesario hacer conciencia, tener acceso a la información y descubrir que para ellos las cosas están peor de lo que pensamos: ni los animales de abasto viven al aire libre en una granja, ni los zoológicos son educativos, ni los
circos son divertidos para ellos, ni la tauromaquia es cultura, ni los abrigos
de piel son elegantes, ni la experimentación en animales es indispensable.
Hablar de derechos para los animales es trabajar por un mundo más justo y con menos sufrimiento para todos. Los activistas por los derechos de los animales
trabajan en que a los animales se les reconozca un valor a sus intereses y que éstos
no puedan ser vulnerados para satisfacer necesidades, muchas veces
superficiales.
Hay
diversos aspectos muy simples sobre los cuales puedes reflexionar, puedes empezar no
encadenando a tu perro, aprendiendo cómo debes sacarlo a pasear, limpiando sus
deshechos, etc.
Además, debemos exigir a nuestros gobiernos que tomen medidas adecuadas para la
protección de animales y no promueva, por ejemplo, el sacrificio de perros
callejeros como hace unos meses sucedió en San Luis Río Colorado, Hermosillo, donde bajaron impuestos a los pobladores que entregaron perros callejeros para ser sacrificados.
Recuerda
que los animales también son seres vivos y tienen derecho a vivir una vida digna, no son nuestros para comer, vestirnos, hacer experimentos o
ser utilizados con fines de entretenimiento.
Texto publicado en la revista Cableguía, Año 6 No.70, Octubre 2011.
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