5.12.11

PROTECCIÓN ANIMAL



Cada vez es mayor el número de personas y asociaciones que se preocupan por proteger y cuidar el crecimiento natural de las especies animales, ya que éstos tienen derecho a no ser torturados, a vivir en libertad, a que su hábitat sea preservado y  la satisfacción de sus necesidades básicas.

Son muchas las maneras en que los animales son maltratados y muchas las formas en que nuestras acciones pueden ayudarlos. Modificar nuestros hábitos alimenticios, no asistir a espectáculos que los involucren, no adquirir productos probados en animales, el vegetarianismo, la esterilización de las mascotas, no vestir pieles animales, etc., son acciones clave para salvar sus vidas.

Para conocer qué sucede realmente con los animales es necesario hacer conciencia, tener acceso a la información y descubrir que para ellos las cosas están peor de lo que pensamos: ni los animales de abasto viven al aire libre en una granja, ni los zoológicos son educativos, ni los circos son divertidos para ellos, ni la tauromaquia es cultura, ni los abrigos de piel son elegantes, ni la experimentación en animales es indispensable.

Hablar de derechos para los animales es trabajar por un mundo más justo y con menos sufrimiento para todos. Los activistas por los derechos de los animales trabajan en que a los animales se les reconozca un valor a sus intereses y que éstos no puedan ser vulnerados para satisfacer necesidades, muchas veces superficiales.

Hay diversos aspectos muy simples sobre los cuales puedes reflexionar, puedes empezar no encadenando a tu perro, aprendiendo cómo debes sacarlo a pasear, limpiando sus deshechos, etc.

Además, debemos exigir a nuestros gobiernos que tomen medidas adecuadas para la protección de animales y no promueva, por ejemplo, el sacrificio de perros callejeros como hace unos meses sucedió en San Luis Río Colorado, Hermosillo, donde bajaron impuestos a los pobladores que entregaron perros callejeros para ser sacrificados.

Recuerda que los animales también son seres vivos y tienen derecho a vivir una vida digna, no son nuestros para comer, vestirnos, hacer experimentos o ser utilizados con fines de entretenimiento.



Texto publicado en la revista Cableguía, Año 6 No.70, Octubre 2011.

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