Hace algunas décadas en México los niños
acostumbraban salir con los hermanos y vecinos a jugar en las calles. La gran
mayoría de los juegos eran populares en todo el país, tal vez debido a sus
sencillos sistemas o a lo fácil de sus manufacturas. La mayoría de éstos se fueron
perdiendo o cayeron en el desuso al correr del tiempo.
Si eres muy joven tal vez sólo conoces uno
o dos de ellos, nosotros te vamos a decir a grandes rasgos como se juegan y te
recomendamos que te acerques a alguno de tus mayores e invítalo a jugar, pasarán
momentos maravillosos. También, escríbenos y cuéntanos que juegos te gustaban a
ti.
BOTE PATEADO
Se
elige a un integrante que será el primero en buscar, él debe patear el bote lo
más lejos posible y correr por el mientras los demás se esconden. Después deja
el bote en un sólo lugar y busca a sus compañeros, cuando encuentre a alguien
corre hasta el bote y dice: "uno, dos, tres, por fulanito que esta
escondido en (donde lo encontró)" y sigue buscando a los demás; si se
equivoca de nombre todos salen de sus escondites diciendo "equivocación,
equivocación", y empieza el juego otra vez. Mientras el que busca está
lejos del bote, los que están escondidos pueden correr hasta el bote y patearlo
mientras gritan: "salvación por mi y por todos mis amigos”.
CEBOLLITAS
Se
debe elegir a uno de los jugadores que será el que jale a los de la fila (de
preferencia el más grande o fuerte), todos los demás formarán parte de la fila,
deben estar sentados y con las piernas abiertas, uno detrás del otro y con sus
brazos rodeando la cintura del de adelante. El objetivo del juego es resistir
el mayor tiempo posible los intentos de ser zafados de la fila agarrándose con
fuerza. Los que vayan siendo zafados pueden ayudar al que jala. El juego
termina cuando en la fila sólo queda un niño.
COLEADAS o CHICOTE
Se debe jugar en un espacio amplio. Se forma una
fila agarrados de las manos con fuerza, el primero de la fila (de preferencia
el más fuerte), empieza a caminar y luego a correr en línea recta y con giros,
para en un momento determinado detenerse y jalar hacia un lado a sus compañeros.
Debido a la fuerza y el impulso los del final de la fila pueden salir
disparados, así que mucho cuidado.
ENCANTADOS
El juego consiste en no dejarse atrapar por uno de los jugadores que representará
al brujo. Aquel que éste
atrape, se quedará estático como una
estatua, hasta que venga otro jugador y lo desencante. El brujo ganará si logra encantar a todos en
un tiempo corto o encanta a un jugador 3 veces
(no se vale chicle).
ESCONDIDILLAS
Antes
de jugar se debe limitar el área. Se elige a un jugador que será el que buscará
primero, él se debe poner de espaldas a sus compañeros y contar hasta 10 antes
de voltearse y comenzar la búsqueda. Al que encuentre primero es el siguiente
que buscará. Se les avisará a los demás para que salgan de sus escondites y se
vuelva a repetir la operación.
JUGUETES
CANICAS
Han existido de diferentes
materiales, las canicas de barro, de piedra, de composición de cristal y de
vidrio. Los tipos de canicas más conocidos son: ponches, ágatas, tréboles, agüitas,
colorines y las bombachas. Hay diferentes formas de jugar con ellas, el
objetivo es ganar las canicas de los contrarios, este objetivo nunca cambia no
importa que tipo de juego se esté jugando. Una de las
juegos era “hoyo”: se necesita cavar en la tierra un pequeño agujero, de unos 3cm
de diámetro por 2 de profundidad, a una distancia de 15cm de la pared, donde
las canicas rebotaran.
LOTERÍA
Es un juego de azar en el que los
participantes colocan semillas de frijol en tablas con ilustraciones en la
medida en que las imágenes ahí impresas coincidan con las extraídas de un mazo
de 54 cartas. La lotería debe contar con un “Gritón”,
que improvisa versos relacionados a las ilustraciones, a lo que se llama “cantar
la lotería”. En la medida que las cartas van siendo cantadas, los participantes
colocan una semilla y gana quién llene su tarjeta primero, al hacerlo debe
gritar “¡Lotería!”
para dar por terminado el juego.
Parte de este texto fue publicado en la revista Cableguía, Año 6 No.67, Julio 2011.
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