26.9.11

JUEGOS POPULARES


Hace algunas décadas en México los niños acostumbraban salir con los hermanos y vecinos a jugar en las calles. La gran mayoría de los juegos eran populares en todo el país, tal vez debido a sus sencillos sistemas o a lo fácil de sus manufacturas. La mayoría de éstos se fueron perdiendo o cayeron en el desuso al correr del tiempo.
Si eres muy joven tal vez sólo conoces uno o dos de ellos, nosotros te vamos a decir a grandes rasgos como se juegan y te recomendamos que te acerques a alguno de tus mayores e invítalo a jugar, pasarán momentos maravillosos. También, escríbenos y cuéntanos que juegos te gustaban a ti.

BOTE PATEADO
Se elige a un integrante que será el primero en buscar, él debe patear el bote lo más lejos posible y correr por el mientras los demás se esconden. Después deja el bote en un sólo lugar y busca a sus compañeros, cuando encuentre a alguien corre hasta el bote y dice: "uno, dos, tres, por fulanito que esta escondido en (donde lo encontró)" y sigue buscando a los demás; si se equivoca de nombre todos salen de sus escondites diciendo "equivocación, equivocación", y empieza el juego otra vez. Mientras el que busca está lejos del bote, los que están escondidos pueden correr hasta el bote y patearlo mientras gritan: "salvación por mi y por todos mis amigos”.
CEBOLLITAS
Se debe elegir a uno de los jugadores que será el que jale a los de la fila (de preferencia el más grande o fuerte), todos los demás formarán parte de la fila, deben estar sentados y con las piernas abiertas, uno detrás del otro y con sus brazos rodeando la cintura del de adelante. El objetivo del juego es resistir el mayor tiempo posible los intentos de ser zafados de la fila agarrándose con fuerza. Los que vayan siendo zafados pueden ayudar al que jala. El juego termina cuando en la fila sólo queda un niño.
COLEADAS o CHICOTE
Se debe jugar en un espacio amplio. Se forma una fila agarrados de las manos con fuerza, el primero de la fila (de preferencia el más fuerte), empieza a caminar y luego a correr en línea recta y con giros, para en un momento determinado detenerse y jalar hacia un lado a sus compañeros. Debido a la fuerza y el impulso los del final de la fila pueden salir disparados, así que mucho cuidado.
ENCANTADOS
El juego consiste  en no dejarse atrapar por uno de los jugadores que representará al brujo. Aquel que éste atrape, se quedará estático como una estatua, hasta que venga otro jugador y lo desencante. El brujo ganará si logra encantar a todos en un tiempo corto o encanta a un jugador 3 veces (no se vale chicle).

ESCONDIDILLAS
Antes de jugar se debe limitar el área. Se elige a un jugador que será el que buscará primero, él se debe poner de espaldas a sus compañeros y contar hasta 10 antes de voltearse y comenzar la búsqueda. Al que encuentre primero es el siguiente que buscará. Se les avisará a los demás para que salgan de sus escondites y se vuelva a repetir la operación.

JUGUETES
CANICAS
Han existido de diferentes materiales, las canicas de barro, de piedra, de composición de cristal y de vidrio. Los tipos de canicas más conocidos son: ponches, ágatas, tréboles, agüitas, colorines y las bombachas. Hay diferentes formas de jugar con ellas, el objetivo es ganar las canicas de los contrarios, este objetivo nunca cambia no importa que tipo de juego se esté jugando. Una de las juegos era “hoyo”: se necesita cavar en la tierra un pequeño agujero, de unos 3cm de diámetro por 2 de profundidad, a una distancia de 15cm de la pared, donde las canicas rebotaran.

LOTERÍA
Es un juego de azar en el que los participantes colocan semillas de frijol en tablas con ilustraciones en la medida en que las imágenes ahí impresas coincidan con las extraídas de un mazo de 54 cartas. La lotería debe contar con un “Gritón”, que improvisa versos relacionados a las ilustraciones, a lo que se llama “cantar la lotería”. En la medida que las cartas van siendo cantadas, los participantes colocan una semilla y gana quién llene su tarjeta primero, al hacerlo debe gritar “¡Lotería!” para dar por terminado el juego.

Parte de este texto fue publicado en la revista Cableguía, Año 6 No.67, Julio 2011.

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