Todos los años, el 8 de marzo se celebra en el mundo el Día Internacional de la Mujer, una ocasión más para reflexionar sobre los avances conseguidos, exigir cambios y celebrar los actos de valor y decisión de mujeres comunes que han desempeñado una función extraordinaria en la historia de los derechos de la mujer y en su lucha en pos de la igualdad, la paz y el desarrollo.
Se celebra éste día para destacar la importancia que la participación activa y la situación de igualdad de la mujer tienen en la consecución de la paz y el progreso social.
En las últimas décadas se ha avanzado mucho, sin embargo, en ningún lugar del mundo puede la mujer afirmar que disfruta de los mismos derechos y oportunidades que el hombre.
La mayoría de los 1.300 millones de personas que viven en la extrema pobreza en el mundo son mujeres. Por término medio, la mujer percibe un sueldo entre un 30% y un 40% menor que el que recibe el hombre por el mismo trabajo.
En el mundo hay 130 millones de niños sin escolarizar, de estos dos de cada tres son niñas. También, se considera que con el trabajo de una niña, aunque pueda ser más duro y más largo, no es tan probable conseguir ingresos económicos.
Entre los problemas de salud específicos de la mujer más graves del mundo se encuentra, obviamente, la mortalidad materna: se calcula que cada año mueren unas 600 mil mujeres a causa de complicaciones en el parto. Esta cifra podría reducirse notablemente con una mejor atención sanitaria y educación maternal.
Entre los problemas de salud específicos de la mujer más graves del mundo se encuentra, obviamente, la mortalidad materna: se calcula que cada año mueren unas 600 mil mujeres a causa de complicaciones en el parto. Esta cifra podría reducirse notablemente con una mejor atención sanitaria y educación maternal.
La mujer puede aportar algo único a los sistemas políticos, ya que tienen un modo diferente de enfocar las cuestiones relacionadas con la paz y la resolución de conflictos, por lo que, aumentar su participación en la adopción de decisiones relativas a estos asuntos puede favorecer la aproximación de los sistemas políticos e internacionales a la paz.
Además, en todas partes, la mujer continúa siendo víctima de la violencia; la violación y la violencia doméstica aún figuran entre las principales causas mundiales de discapacidad y mortandad de las mujeres en edad de procrear.
Si bien las manifestaciones de violencia contra las mujeres y las niñas varían de un contexto social, económico, cultural e histórico a otro, es evidente que esa violencia sigue siendo una realidad devastadora en todas partes del mundo.
Se trata de una violación generalizada de los derechos humanos y un grave impedimento para el logro de la igualdad de género, el desarrollo y la paz. Esa violencia es inaceptable, ya sea perpetrada por el Estado y sus agentes o por miembros de la familia o extraños, en el ámbito público o privado, en tiempos de paz o de conflicto.
La eliminación de la violencia contra la mujer sigue siendo uno de los desafíos más graves e imperiosos de nuestros tiempos. Todo el mundo tiene la responsabilidad de actuar ante la violencia.
Todos y cada uno de nosotros tenemos el deber de apoyar y mantener un entorno político y social en el que no se tolere la violencia contra las mujeres y las niñas, en el que los amigos, los familiares, los vecinos, los hombres y las mujeres intervengan para impedir que los autores de esos actos queden impunes.
Todos y cada uno de nosotros tenemos el deber de apoyar y mantener un entorno político y social en el que no se tolere la violencia contra las mujeres y las niñas, en el que los amigos, los familiares, los vecinos, los hombres y las mujeres intervengan para impedir que los autores de esos actos queden impunes.
Fuente: http://www.un.org/spanish
Texto publicado en la revista Cableguía No. 63 Año 6, Marzo 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario